lunes, 30 de mayo de 2011

L'illusionniste

Director: Sylvain Chomet / Año: 2010
Por Hägar
Para mi gusto un hermosísimo film animado con gran cantidad de detalles visuales y sonoros, pero ante todo un precioso argumento de fondo.
Un artista que está ya un poco viejo, es un mago ilusionista ermitaño que finalizando los 50 apenas sobrevive con sus shows pasados de moda, casi que mendiga, lucha para mantener su dignidad, qué habrá sido de su juventud? Cómo usaría su cuarto de hora?... Probando suerte llega hasta Escocia, allí conoce a una adolescente, Alice, una chica inocente que le conmovió, entonces le nació echarle una mano, en medio de su propia precariedad la adopta como a una hija, viaja con ella, le da pequeños gustos y le ayuda a buscar otro destino.
Me sorprende cómo se recrea la decadencia en aquel mustio hotel. Es un escenario maravilloso en detalles, allí se hospedan los protagonistas, el rimbombante trío de acróbatas, el espantoso ventrílocuo y el patético payaso. Es una generación mandada a recoger, se sienten despreciados en un mundo cambiante, ahora brillan las estrellas de rock, ahora brillan esos invasivos aparatos que llaman televisores. La mágica generación circense a la que pertenecieron conmocionó a su público europeo en los años 20 y 30, algo pasó en las vidas de estos desaliñados artistas, como si después de un profundo sueño hubieran despertado, ya viejos, en un nuevo mundo urbano que a duras penas sabe que por ahí deambulan, no evolucionaron, se congelaron en el tiempo, permitieron que el siglo XX se los tragara.
Finalmente Alice encuentra por ahí un noviecito, ahí nuestro personaje decide que debe dejarla que siga su rumbo (lo mismo que a su conejo), toma otra vez el tren, con rumbo quien sabe a dónde, tal vez a seguirse rebuscando con sus presentaciones, tal vez a intentar otra cosa, el caso es hacer lo más digno posible su crepúsculo, francamente hizo lo que pudo en su odisea por Inglaterra, lo mejor de todo es que su madurez le trajo dulzura, sensibilidad, paciencia,  discreción y algo de altruismo (claro, cuando se puede…)

Saludos...
Próxima Función: El hombre que susurraba a los caballos (Robert Redford)

sábado, 21 de mayo de 2011

YO, TAMBIÉN


Director: Álvaro Pastor y Antonio Naharro / Año: 2009
                                  Frívolo Invitado: SU
Por: Su
Sin duda una película con un mensaje claro de superación personal, que en mi opinión, no se reduce a lo obvio pero si a lo innecesario. Es decir, una persona con síndrome de Down u otra, cuya salud física sea aparentemente normal, que posean un complejo de inferioridad combinado con un anhelo de superación, vendrían a ser lo mismo o a transmitir las mismas sensaciones dentro de la típica historia de amor planteada en esta película.
No por esto, resto importancia al contexto en el que nos sitúan con la condición de Daniel o Luisa y su manera brillante de llevar una vida normal, pero si me resulta muy baldío contraponerlo con la vida desordenada de Laura, la cual también denota una especie de invalidez para el amor y le quita importancia al hecho de amar a una persona con síndrome de Down.
Percibo que en la historia el personaje principal (Daniel) sabe organizar y disfrutar mejor su vida que la gente aparentemente normal; aunque él manifiesta en varias ocasiones su inconformismo y limitación, en casi toda la historia se invierten las situaciones, enfocando toda la compasión y pesar del espectador a la vida llena de excesos de Laura. Una situación de la vida perfectamente normal que distrae de las diferencias.
Reitero que, si el ingrediente de la enfermedad no es irrelevante o recargado, si podría ser común ver esta película con la misma historia y con personas perfectamente normales, llegando así a la misma conclusión: amarse y amar a otros, es algo muy complejo en lo que todos sufrimos una especie de incapacidad.

Por: Hägar
La historia principal es la  de Daniel, un tipo con Síndrome de Down que le tocó vivir en nuestra época, en un entorno de clase media donde con un éxito notorio se sobrepuso a su discapacidad. Daniel se gradúa como profesional y comienza a trabajar en una organización de ayuda, conoce a una tía (por supuesto, como le dicen en España) de la que se enamora, ella es normal, ya madura, con su cuento más bien pesadito sobre su pasado.
Un amor dizque imposible, pero es que ahora ya poco se puede cuestionar. Esta sociedad occidental que se ufana de su libertad individual ahora rechaza menos las poco comunes combinaciones. Ahora se cuestiona más la regla que la excepción. Se puede estar con alguien del mismo sexo, o con alguien 30 o 40 años mayor, hay un culto desmedido hasta por las mascotas (yo conozco a más de uno!), y ahora es políticamente incorrecto cuestionarlo, si existen enchapados a la antigua es mejor que callen en su opinión porque los pseudo-liberales los vetan de la misma forma que lo hacían con ellos hasta hace pocas décadas.
Volviendo al cuento es bastante difícil de comprender cómo terminaron enrolados este par, hay otra historia de amor secundaria presentada en forma paralela entre dos chicos especiales, esa si es más fácil de digerir, el eje central me es complicado de comprender, no por imposible (imposible no hay casi nada), pero sí por poco congruente, por rebuscado. Al fin y al cabo es una película y una de sus funciones es realzar las excepciones, yo a veces me inclino más por la función de profundizar la comprensión de las reglas, de todas formas el filme también hace esto último, fue lo que más me gustó y lo explico mejor en el siguiente párrafo.
Las historias personales de cada uno de los chicos que aparecen en el filme están cargadas de superación, y evidencia algo que no se discute mucho: que esa superación la deben tener más sus padres que ellos mismos. La mamá de Daniel confiesa entre lágrimas que tras los primeros amargos días de negación de la condición de su recién nacido decidió criarlo con dedicación, sacarlo adelante, lo ponía a hablar todo el día para que no se atrofiara su mandíbula, le enseñó idiomas, lo estimuló profundamente, sin descanso, y si bien es un chico especial lo que más puede frustrar su esfuerzo personal es la compasión de los demás, la conmoción, la lástima, el tratarlo como un niño, como un anormal.
La mamá de Luisa (otra chica especial, de la segunda pareja del cuento) la tenía atendiendo un negocio, y otros que aparecen tocan un instrumento, bailan profesionalmente, etc. Definitivamente fue lo que más me gustó. Si los tratan como niños bobos así se portarán, si los tratan como adultos con deberes terminarán esforzándose por imitar a ese grueso poblacional que les rodea, claro, sin perder su condición especial o algunas de sus conductas que no desaparecen pero sí se pueden controlar aceptablemente.
Daniel desconoce sus limitaciones, se educa y relaciona socialmente con gente normal de una forma asombrosa, casi nadie en su lugar logrará llegar a tanto, fue una afortunada combinación, por un lado él mismo con su perseverancia y tesón, por otro lado una sociedad europea contemporánea donde tienen mejores recursos y disposición de ayuda; y por último, para mí lo más importante, una mamá que sin duda es más inteligente que emocional.

Saludos...
Próxima Función: L'illusionniste (Sylvain Chomet)

lunes, 16 de mayo de 2011

La leyenda de 1900


Director: Giuseppe Tornatore / Año: 1998
Por: Hägar
La película es una recreación del transcurrir en un trasatlántico que llevaba a Europa turistas acaudalados y a Estados Unidos inmigrantes desposeídos en búsqueda del sueño americano, un tema refrito en cine que busca exaltar ese incipiente patriotismo y agradecimiento a una nación prometedora y de puertas abiertas. Lo interesante del asunto es la vida de un hombre que nació y creció en el buque, nunca pisó tierra, allí se educó empíricamente y se convirtió en un talentosísimo pianista cuya fama dio de qué hablar. “Al Diablo las reglas” dijo cuando de niño tomó sin permiso el piano y comenzó a demostrar su talento, desde ahí su personalidad se mantiene incólume, en parte gracias a las circunstancias atípicas en las que creció, pero ante todo por su talento, y quienes realmente lo tienen hacen lo que se les da la gana.
T.D. es supremamente sentimental, se refleja en su expresión, en su mirada de niño, en sus inocentes y sinceros comentarios, y sobre todo de una expresividad impresionante en el piano, donde recrea genialmente en melodía todo lo que ve a su alrededor, desobediente, asimismo temeroso y agorafóbico, se rehusó a desembarcar, brillar y triunfar (concepto relativo) en tierra firme, si se hubiese desempeñado simplemente como obrero en las calderas su decisión de no pisar tierra sería una “estúpida terquedad”, pero como artista talentoso eso se llama “estilo de vida”. La diferencia entre ser un estúpido y tener estilo la hace el talento.
En la escena del duelo sólo el genial y petulante Jelly Roll Morton, su contrincante, entendió su nivel de competencia cuando T.D. le respondió con la misma melodía que había interpretado, mientras el público le abucheaba por poco original, no entendían que a simple oído había logrado interpretar en un único intento tan compleja composición que requiere muchísimos ensayos, por supuesto que raya en lo irreal, pero afianza la irreverencia y poco ortodoxia conceptual que maneja el protagonista para relacionarse e interactuar con el mundo que lo rodea.
Si usted querido lector conoce a alguien que se crea diferente y auténtico respecto al común recomiéndele esta película y después pregúntele si lo suyo es una “estúpida terquedad” o un “estilo de vida”.
Saludos…
Próxima función: Yo, también (Álvaro Pastor y Antonio Naharro)